miércoles, 25 de enero de 2012

Sopa de letras con espinacas

Para no dejar tan abandonado mi blog (y para que no me extrañen) les pondré algo que escribí en mi adorable libreta morada con dibujitos que me dieron en diciembre (en mis libretas suelo escribir de forma cursi, dramática, exagerada, triste, alegre... o todo eso a la vez):

Hace unos días, tuve una sensación nueva. Estaba comiendo sopa de letras con espinacas y pensé que si tuviera una revista de cultura, le pondría Sopa de Letras. Y entonces, fue como si todo se hubiera ordenado. De esas veces en las que te das cuenta de cómo encaja el rompecabezas. Y es que todo embonaba a la perfección: yo, en Xalapa, en el comedor de doña Mari, comiendo sopa de letras con espinacas, escuchando una canción bonita en la radio.

Y de repente, me sentía bien, y bailaba en la silla mientras comía sopa de letras con espinacas.

Entonces pensé que ésa era una sensación de genuina felicidad que todo el mundo debería sentir, aunque sólo dure unos cuantos minutos.

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No hace falta que te diga que tan sólo cuentos son