sábado, 31 de marzo de 2012

Camelias

"Me pongo a llorar bajito, despacio, y en mi pecho se estremece una camelia".
Muriel Barbery, La elegancia del erizo

A veces me dan ganas de desaparecer y aparecer en otro universo. O de irme lejos, muy lejos; sin decirle a nadie... Y descansar, descansar mucho para no pensar en nada.

Desde hace varios días, en mi recámara suena (en este orden): "Snow (Hey Oh)", "Tan sólo un minuto" y "Lago de tierra". Y todo lo que está en medio.

viernes, 9 de marzo de 2012

Caja de recuerdos



Hoy me dio por revisar mi "caja de recuerdos". Encontré cartitas (lo primero que hay en una caja de recuerdos), tarjetas de cumpleaños, globos desinflados, un corcho del vino de la Navidad pasada, boletos de cine, un boleto de ballet, los boletos de Austin TV, un autógrafo... Pero más que eso, la caja de recuerdos guarda las memorias de las cosas que estuvieron ahí; a saber: poemas que alguien escribió pensando en mí (cuando los leí por última vez, descubrí un verso que no tenía sentido. De verdad, no tenía sentido, aun siendo poesía), cartitas de mi última relación, una cadenita muy linda, una pulsera de estrellas, un globo que decía "Te quiero mucho", un dibujo...

A veces (hoy, por ejemplo) quisiera volver a tener esas cosas. No sé para qué, tal vez para recordar esos momentos y reír o llorar... Ya ni siquiera tengo fotos, y eso puede resultar un poco triste; aunque, como yo digo, ¿de qué sirve conservar cosas que pertenecen al pasado? Por eso soy tan radical cuando quiero olvidar a alguien. Quiero decir que no conservo absolutamente nada de él (sí, estoy hablando sobre todo de mis ex). Creo que soy injusta por eso, porque sé que, como quiera, son personas que me quisieron mucho, y que yo quise mucho. En fin, ésa es mi manera de olvidar (y de recordar, también).

En otras noticias, él es Monsi:




y él...



lee La Hechicera

martes, 6 de marzo de 2012

Continuidad de las parroquias

El domingo fui a comer a La Parroquia. El domingo fue el día de la familia y yo no me acordaba, pero al final me acordé y le dije a mi mamá y la felicité y ella me agradeció ser parte de su familia, lo que me pareció un poco ilógico porque yo no elegí ser parte de su familia, pero me da gusto serlo.
En La Parroquia había un bebé que volteaba a verme y se reía cuando yo hacía caras y sus papás (supongo que eran sus papás) se dieron cuenta y también se rieron y el bebé parecía feliz. Además, me pareció que ésa era una manera bonita de celebrar el día de la familia: haciendo reír a un bebé que está en la mesa de enfrente, sentado en una sillita de bebé y comiendo trocitos de esa arrachera tan rica que venden en La Parroquia, aunque yo no comí arrachera ese domingo; comí una pechuga de pollo a la plancha con ensalada y de postre, un helado de vainilla. Casi nunca pido postre, pero ese domingo sí, y no sé por qué; sólo se me ocurrió pedir un helado de vainilla y comerlo. Y eso que no me encantan los helados de vainilla. Me gustan más los helados de pistache, sobre todo porque son de color verde y el color verde es algo extraño, en un helado, quiero decir.
Ahora estoy escuchando "Alligator sky" y a unas niñas que están aquí en la cocina. Mi cuarto queda al lado de la cocina, así que escucho todo... y no sólo escucho todo lo que pasa en la cocina, sino todo lo que pasa en el pasillo, en las escaleras e incluso en la lavandería que queda justo al lado de la pensión. No me da miedo escuchar todo lo que pasa, además, nunca he escuchado algo raro, como un grito o algo así. Y eso sí me daría miedo. Aunque, ahora que lo pienso, no sé qué cosas me dan miedo. La muerte, obviamente, como a casi todo el mundo. Pero me da más miedo la muerte de otros que la mía; sobre todo porque no sé cómo reaccionaría si viera morir a alguien, por ejemplo. Creo que sería sumamente traumático, pero no sé a ciencia cierta cómo me sentiría, tal vez porque nunca... Y ahora escucho "Vanilla twilight", que es una canción que me gusta mucho porque pienso en estrellas y colores y galaxias y lunas... Por cierto, tengo galletas en forma de luna que compré el otro día en el Súper Issste. Pati también tiene esas mismas galletas, y están muy ricas.
Por cierto, no he encontrado un restaurante aquí en Xalapa que tenga un buen pan o unas buenas galletas para tomarse con cafecito. Ni siquiera en La Parroquia.

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No hace falta que te diga que tan sólo cuentos son