jueves, 28 de junio de 2012

Beckett, tú y yo soñamos con mujeres que ni fu ni fa

Los que me siguen en Twitter habrán notado que tuiteo mucho sobre cierto libro de Samuel Beckett: Sueño con mujeres que ni fu ni fa. El título tal vez no les suene porque ustedes no leen. No, mentira, tal vez no les suena porque se trata de una edición inédita en español hasta el 2011. El título original es: Dream of Fair to Middling Women. He aquí la portada (que amo):


Sueño... es una novela profundamente autobiogáfica, como señalan los traductores en su posfacio (agradecí que el libro tuviera un posfacio, aclara muchas cosas) y narra las desventuras de Belacqua, un joven poeta que, efectivamente, sueña con mujeres que ni fu ni fa: la Smeraldina-Rima, la Syra-Cusa y la Alba.

Cuando estaba leyendo la novela, me di cuenta de por qué no había sido traducida antes al español, y es que se trata de una labor difícil, porque al señor Beckett le gusta jugar con las palabras, enredar al lector con aposiciones, oraciones subordinadas (muchas oraciones subordinadas) y, por si fuera poco, términos en alemán, francés, italiano y latín (aquí también agradecí las notas al final de la novela). Pero no sólo eso: a Samuel Beckett le gusta hacer alarde de su cultura citando pasajes bíblicos, mitología griega y nórdica u obras de distintos autores europeos. Y en esta parte, he de agradecer la ayuda de Wikipedia.

No me voy a enfocar en ese aspecto de la novela. Lo que me pareció interesante es que Beckett la escribió cuando estaba en un momento difícil de su vida: alejado de su familia y amigos (entre ellos James Joyce) e involucrado en relaciones sentimentales tormentosas. Esos conflictos se ven a lo largo de Sueño..., por ejemplo, cuando Belacqua sólo quiere estar en su "uterotumba" (un concepto genial que significa estar con uno mismo, en completo silencio y soledad) pero no puede porque sus mujeres y/o sus amigos lo importunan. Así que el pobre Belacqua no puede darle a sus mujeres lo que ellas quieren porque él, en realidad, no quiere estar con ellas.

Así es, damas y caballeros, la novela me encantó e hizo que empezara a enamorarme de Beckett. Ya antes había leído Esperando a Godot, su obra más representativa. Pero Sueño con mujeres que ni fu ni fa hasta me dio un tema de ensayo, en el que puedo desarrollar cómo el autor se burla de su amigo y maestro, James Joyce. Algún día lo escribiré, lo prometo.

Roald Dahl decía que él no escribía sobre experiencias personales porque para él, la verdadera genialidad de escribir era inventar historias. Yo estoy de acuerdo, aunque hay personas a las que les sale muy bien escribir sobre lo que han vivido. Y lo hacen de una manera tan genial como Beckett en esta novela.

lunes, 11 de junio de 2012

Agujeros blancos y lo fantástico

Hace unos momentos, leí una nota sobre los agujeros blancos. Supuestamente (porque nadie sabe si realmente existen), son la contra parte de los agujeros negros. Así, mientras que éstos "tragan" cualquier clase de materia, los agujeros blancos la "escupen". Una teoría bastante lógica. Si algo puede desaparecer en un agujero negro, ¿por qué no puede reaparecer en uno blanco? Imaginen si dos de estos cuerpos se encontraran conectados: sería una forma de viajar por el espacio (claro, sólo haría falta saber dónde desemboca tal o cual agujero).

Es un poco como las llamadas "puertas telúricas". Yo supe de ellas gracias a Los secretos del inmortal Nicolas Flamel. Son puertas que comunican dos ciudades del mundo; uno entra a una de ellas en California y aparece instantáneamente en París. (Para los curiosos: en el libro dicen que hay una puerta telúrica en las catacumbas de la capital francesa -donde, por cierto, hay huesos humanos-y otra en el llamado "Kilómetro cero" de esa misma ciudad).

Pero lo más divertido de esto es pensar que pueden existir muchas dimensiones en el mismo espacio, y que uno puede atravesar cualquiera de ellas para aparecer en otra. Tal vez haya gente que sea capaz de hacer eso, y probablemente forman una sociedad secreta... Los más experimentados, además de viajar por distintas dimensiones, pueden también viajar en el tiempo. Sin embargo, la pregunta es: ¿cuál es su propósito?

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