miércoles, 18 de julio de 2012

"-¿Ya leíste el libro? -No. Vi la película"

Ayer leí una entrada en el blog Papeles perdidos sobre una actualización (otra) de la novela Orgullo y prejuicio, de Jane Austen. Esta nueva actualización consiste en el videojuego (que se puede encontrar en Facebook) llamado Jane Austen's Rogues & Romance. No lo he jugado, pero, a grandes rasgos, el jugador tiene que devolver a Mr. Darcy y a Elizabeth Bennet a las páginas de la novela (esto a petición de la propia Jane Austen).

Como bien señala la entrada de Papeles perdidos, Orgullo y prejuicio es una novela que ha sido muy adaptada a casi todas las versiones imaginables (como aquélla Orgullo y prejuicio y zombies). La novela también se ha adaptado al cine, como muchos sabrán.

Podemos hablar sobre adaptaciones interesantes, como la novela gráfica inspirada en el poema Aullido, de Allen Ginsberg, o la reciente versión cinematográfica de Ana Karenina (pueden ver el tráiler aquí, y a Keira Knightley como la Karenina. Que, dicho sea de paso, yo la imaginaba más gordita).

Aquí la pregunta es: ¿son buenas o malas las actualizaciones de obras literarias? Yo creo que son buenas y malas a la vez. Buenas porque a veces la adaptación sale bien, se mantiene lo más fiel posible al proyecto original y puede que hasta despierte el interés del público por conocer ese proyecto original. Malas porque es posible que pase exactamente lo contrario: que la gente diga "qué hueva leer Ana Karenina, mejor me espero a la película". Las posibilidades de que la gente piense así aumentan considerablemente si tomamos en cuenta que esa novela tiene poco más de mil páginas.

Yo entiendo que de pronto se nos haga más cómodo ver la película, y no condeno eso porque finalmente es una forma de conocer la obra. Aunque, por otro lado, creo que novelas como Ana Karenina merecen ser leídas.

De cualquier manera, creo que lo que nos hace falta (sobre todo a la sociedad mexicana) es acercarnos a la cultura, en especial, leyendo (tal vez podrían empezar por leer algo más ligero que las novelas de Tolstói, no digo que empiecen a devorar cosas como La guerra y la paz, tampoco). Y, como me dijo alguien alguna vez, al menos los lectores de Crepúsculo ya agarraron un libro. No fue el mejor, pero al menos ya saben qué es un libro, y eso da esperanzas.

(Y, por si se lo estaban preguntando, no me encanta la versión que Tim Burton hizo de Charlie y la fábrica de chocolate. La soporto, pero me disgusta un poco la imagen y la actitud de Willy Wonka y el que su padre sea dentista).

2 comentarios:

  1. Algunas (des)adaptaciones cinematográficas son tan desatinadas que uno sufre junto al libro. Creo que la fidelidad o infidelidad a la novela puede ser un punto a favor, según el director. Algunas de las mejores películas de Kubrick fueron basadas en libros, y él no fue precisamente fiel al texto. (Y siempre será doloroso saber que le negaron dirigir El perfume, y ya se sabe cómo terminó esa adaptación comercial).

    Creo que dejando de lado el egoísmo y el confort, se podrá acercar a la cultura, leyendo con más sentido crítico, y así ir escogiendo mejores libros que los best seller. (Un long seller, por ejemplo ;)

    Creer que se puede reemplazar la lectura de un libro con su película, es un claro síntoma de la influencia de la televisión (generalmente, una imagen es más fácil de digerir). Y se puede llegar a inocentes equívocos, como no recordar el título Alicia en el país de las maravillas, y pedir la película Las maravillas de Alicia.

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