jueves, 16 de agosto de 2012

Lamento borincano

Hace poco descargué el disco Pasiones de cabaret, de Edith Márquez. Todas las canciones son covers con un toque "cabaretesco", si puedo inventar esa palabra. La canción "Remolino" es una de mis favoritas, por la letra, y el ritmo de "Derroche" es riquísimo. Pero, en esta entrada, quiero hablar de la canción "Lamento borincano".

Si no han escuchado la canción, se la pongo aquí. Es la versión de Edith Márquez porque es la única que conozco, pero además, me parece que la interpreta muy bien, y la letra exige eso.

"Lamento borincano" fue compuesta por Rafael Hernández Marín en 1929. Básicamente, habla de la pobreza de los campesinos puertorriqueños por aquéllos años (irónicamente -bueno, no es tan irónico en realidad- la escribió en Nueva York). Pero, si uno pone atención a la letra, podrá encontrar palabras "raras" o más bien, desconocidas. Veamos cuáles son esas palabras.

Empecemos con la segunda estrofa, que dice:

Piensa remediar la situación
del hogar que es toda su ilusión, sí.
Y alegre, el jibarito va
cantando así,
diciendo así,
bailando así por el camino:
"Si yo vendo la carga, mi Dios querido
un traje a mi viejita voy a comprar".

Los jibaritos (o jíbaros) son indios del Amazonas pertenecientes a la tribu Shuar. Fueron los españoles quienes los nombraron así durante la época de la Conquista. Según el DRAE, "jíbaro" se aplica en Puerto Rico para referirse "al campesino de ascendencia española, generalmente en las regiones montañosas de la isla". En Cuba, "jíbaro", como sustantivo, hace alusión a una persona arisca y huraña (también, según el DRAE). Ahora, sigamos con la quinta estrofa (que, si no me equivoco, es el coro):

Se oyen los lamentos por doquier
en mi desdichada Borinquen, sí
y triste, el jibarito va
pensando así
diciendo así
llorando así por el camino:
¿qué será de Borinquen, mi Dios querido?
¿Qué será de mis hijos y de mi hogar?

"Borinquen" es el nombre con el que antiguamente se designaba a Puerto Rico (nótese la cercanía con la palabra "boricua"). Los indios taínos llamaban a su tierra Borikén, que significa algo así como "tierra de cangrejos" (esto, antes de la llegada de los españoles, por supuesto). Pero Gautier no le da este significado. Veamos, en la siguiente estrofa:

Borinquen, la tierra del Edén,
la que al cantar, el gran Gautier llamó "la perla de los mares"...
Ahora que tú te encuentras con tus pesares,
déjame que le cante yo también.

José Gautier Benítez, aunque en principio militar, se dedicó también a la poesía. De hecho, es considerado el precursor del romanticismo en Puerto Rico. Escribió A Puerto Rico ausencia y A Puerto Rico regreso, poemas que hablan de la nostalgia que sentía por su patria cuando se encontraba en España debido a su carrera militar. En efecto, llamó "perla de los mares" a Borinquen en su poema "Puerto Rico":

¡Borinquen!, nombre al pensamiento grato
como el recuerdo de un amor profundo,
bello jardín de América el ornato,
siendo el jardín América del mundo [es decir, el jardín del Edén].

Perla que el mar de entre su concha arranca 
al agitar sus ondas placenteras,
garza dormida entre la espuma blanca
del níveo cinturón de tus riberas.

Personalmente, creo que esta canción (o más bien, poema musicalizado) es un ejemplo de todo lo que se puede aprender a través de las palabras y de todo lo que tienen detrás. Es interesante ver cómo el compositor, Hernández Marín, habla de un jibarito, un campesino; pero, al mismo tiempo, habla también de todos los jíbaros y de la situación que vivían en 1929.

Este tema también es un "pretexto" para expresar la opinión que tengo de no despreciar la "cultura popular" (me refiero a la cultura popular en el sentido purista "qué vergüenza escuchar algo tan común como Edith Márquez"), es decir, todas esas canciones pop que la mayoría del tiempo son estúpidas, o estaciones de radio como "El patrón" (música de banda, norteña) siempre pueden aportar algo, y, de esta forma, como dice Roberto Cotroneo en Si una mañana de verano un niño, "tu cultura [general] no correrá ningún peligro". (Citado de memoria, así que puede variar).

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No hace falta que te diga que tan sólo cuentos son