Según mi exhaustiva investigación (léase Google), la novela de Carlos Fuentes, La región más transparente, puede causar todo, menos indiferencia. Y a mí no me causó indiferencia, sino hueva. La verdad, no sé qué sea peor.
Les explico: tengo que leer La región para mi clase de Literatura mexicana del siglo XX. He hecho esfuerzos titánicos para leerla, pero nomás no me entra. Ya antes había leído (intentado leer) La muerte de Artemio Cruz, pero me causó el mismo efecto, y dejé a don Artemio agonizando en la página ochenta. Sí, lo dejé agonizando, recordando, siempre hacia atrás, hacia atrás...
Yo misma me he preguntado qué demonios tiene el señor Fuentes que no me guste y que haga que no pueda terminar de leer sus libros (por cierto, Aura sí me gusta, por si se lo preguntaban). No he llegado a una conclusión que me convenza, por eso sólo puedo decir que hay "algo" en su prosa. Me parece que es sosa y aburrida. Sé que este argumento no es sólido, sino más bien... ¿ambiguo? Pero es lo único que puedo decir si quiero contestar a la pregunta "¿Cuál es mi problema con Fuentes?" Además, pasan como veinte páginas, y la novela sigue narrando la misma situación sin que pase absolutamente nada; simplemente, el señor Carlos se centra en los diálogos de los personajes que, la verdad, no me dicen nada. Sí, claro, a lo mejor soy una mala lectora y no puedo ver ciertas cosas, pero me sigue pareciendo aburrido.
Toda esta disertación me lleva a recordar otros libros que abandoné, como Eón, el despertar del ojo de dragón, de Allison Goodman, que pues sí, estaba chidito pero iba demasiado lento, a mi parecer. También Bruja mala nunca muere, de Kim Harrison. No lo terminé porque nunca le encontré el menor sentido, parecía la segunda parte de otro libro.
Otros libros que no he podido leer porque de plano no me entran son Las aventuras de Tom Sawyer y La llamada de la selva. Lo malo es que es como un crimen no poder leer esos libros. Mis compañeros leprosos... perdón, letrosos, me quemarían viva, y también uno que otro maestro, o la gran mayoría.
Pero bueno, tampoco terminé de leer Un capitán de quince años y Las tribulaciones de un chino en China, de Julio Verne... Mejor ahí le paro, no me vayan a linchar.
lunes, 23 de abril de 2012
domingo, 8 de abril de 2012
Acostumbrarse a la soledad
Yo soy un gato solitario por naturaleza. Aunque tengo varios amigos, "conocidos" y "contactos" (son niveles diferentes para mí), no me molesta la soledad. Incluso puedo decir que la disfruto y que estoy acostumbrada a ella.
Esto puede ser bueno y malo. Bueno porque no me deprimo ni me angustia estar en un lugar donde no haya nadie que pueda ayudarme. Y no, tampoco me da miedo estar sola en casa ni me espanto por ruidos extraños, voces o apariciones de gente en el espejo o en la televisión estática (a todo el mundo le pasa, ¿no?). Malo porque creo que esto de estar acostumbrada a la soledad tiene muchas desventajas.
Una de esas desventajas es que, cuando estoy acompañada, no me siento dueña de mi tiempo, y mi tiempo es muy valioso, he de señalar. Les explico: me siento dueña de mi tiempo cuando estoy sola y yo decido qué cosas hacer, en qué orden hacerlas y en cuánto tiempo (suena un poco obsesivo porque lo es). La cosa cambia cuando estoy acompañada, porque muchas veces (esto puede sonar duro, pero no lo es tanto, y no significa que no me guste estar acompañada) tengo que hacer coincidir mi tiempo con el del otro. Claro que disfruto de la compañía de mis amigos, pero también siento que debo tener tiempo para mí.
El problema viene cuando estoy con personas que sí merecen esa "coincidencia de tiempos" porque siento que soy grosera (sí, más de lo que ya soy) y obviamente no es justo para esas personas.
Creo que debí escribir este post en aquélla tarea en la que hay que responder a la pregunta "¿Cuáles son tus orillas enfrentadas?" Bueno, es cuestión de copiar y pegar ;) .
sábado, 31 de marzo de 2012
Camelias
"Me pongo a llorar bajito, despacio, y en mi pecho se estremece una camelia".
Muriel Barbery, La elegancia del erizo
A veces me dan ganas de desaparecer y aparecer en otro universo. O de irme lejos, muy lejos; sin decirle a nadie... Y descansar, descansar mucho para no pensar en nada.
Desde hace varios días, en mi recámara suena (en este orden): "Snow (Hey Oh)", "Tan sólo un minuto" y "Lago de tierra". Y todo lo que está en medio.
viernes, 9 de marzo de 2012
Caja de recuerdos
Hoy me dio por revisar mi "caja de recuerdos". Encontré cartitas (lo primero que hay en una caja de recuerdos), tarjetas de cumpleaños, globos desinflados, un corcho del vino de la Navidad pasada, boletos de cine, un boleto de ballet, los boletos de Austin TV, un autógrafo... Pero más que eso, la caja de recuerdos guarda las memorias de las cosas que estuvieron ahí; a saber: poemas que alguien escribió pensando en mí (cuando los leí por última vez, descubrí un verso que no tenía sentido. De verdad, no tenía sentido, aun siendo poesía), cartitas de mi última relación, una cadenita muy linda, una pulsera de estrellas, un globo que decía "Te quiero mucho", un dibujo...
A veces (hoy, por ejemplo) quisiera volver a tener esas cosas. No sé para qué, tal vez para recordar esos momentos y reír o llorar... Ya ni siquiera tengo fotos, y eso puede resultar un poco triste; aunque, como yo digo, ¿de qué sirve conservar cosas que pertenecen al pasado? Por eso soy tan radical cuando quiero olvidar a alguien. Quiero decir que no conservo absolutamente nada de él (sí, estoy hablando sobre todo de mis ex). Creo que soy injusta por eso, porque sé que, como quiera, son personas que me quisieron mucho, y que yo quise mucho. En fin, ésa es mi manera de olvidar (y de recordar, también).
En otras noticias, él es Monsi:
y él...
lee La Hechicera
martes, 6 de marzo de 2012
Continuidad de las parroquias
El domingo fui a comer a La Parroquia. El domingo fue el día de la familia y yo no me acordaba, pero al final me acordé y le dije a mi mamá y la felicité y ella me agradeció ser parte de su familia, lo que me pareció un poco ilógico porque yo no elegí ser parte de su familia, pero me da gusto serlo.
En La Parroquia había un bebé que volteaba a verme y se reía cuando yo hacía caras y sus papás (supongo que eran sus papás) se dieron cuenta y también se rieron y el bebé parecía feliz. Además, me pareció que ésa era una manera bonita de celebrar el día de la familia: haciendo reír a un bebé que está en la mesa de enfrente, sentado en una sillita de bebé y comiendo trocitos de esa arrachera tan rica que venden en La Parroquia, aunque yo no comí arrachera ese domingo; comí una pechuga de pollo a la plancha con ensalada y de postre, un helado de vainilla. Casi nunca pido postre, pero ese domingo sí, y no sé por qué; sólo se me ocurrió pedir un helado de vainilla y comerlo. Y eso que no me encantan los helados de vainilla. Me gustan más los helados de pistache, sobre todo porque son de color verde y el color verde es algo extraño, en un helado, quiero decir.
Ahora estoy escuchando "Alligator sky" y a unas niñas que están aquí en la cocina. Mi cuarto queda al lado de la cocina, así que escucho todo... y no sólo escucho todo lo que pasa en la cocina, sino todo lo que pasa en el pasillo, en las escaleras e incluso en la lavandería que queda justo al lado de la pensión. No me da miedo escuchar todo lo que pasa, además, nunca he escuchado algo raro, como un grito o algo así. Y eso sí me daría miedo. Aunque, ahora que lo pienso, no sé qué cosas me dan miedo. La muerte, obviamente, como a casi todo el mundo. Pero me da más miedo la muerte de otros que la mía; sobre todo porque no sé cómo reaccionaría si viera morir a alguien, por ejemplo. Creo que sería sumamente traumático, pero no sé a ciencia cierta cómo me sentiría, tal vez porque nunca... Y ahora escucho "Vanilla twilight", que es una canción que me gusta mucho porque pienso en estrellas y colores y galaxias y lunas... Por cierto, tengo galletas en forma de luna que compré el otro día en el Súper Issste. Pati también tiene esas mismas galletas, y están muy ricas.
Por cierto, no he encontrado un restaurante aquí en Xalapa que tenga un buen pan o unas buenas galletas para tomarse con cafecito. Ni siquiera en La Parroquia.
domingo, 26 de febrero de 2012
Súper Austin TV
Ayer fui al concierto de Austin TV con mi amigo Juan. Pueden visitar su Tumblr pushando aquí. También estaba mi amigo Toño, que tocó chidísimo con su banda y se emocionó y todo, aunque no lo oíamos al principio. Según Juan, tampoco se oía la tarola (por favor, no me pregunten qué es la tarola ni si de verdad no se oía; yo no tengo oído para eso, para mí se oían y ya).
Whatever, mejor pasemos al concierto, que estuvo MUY chingón.
(Ya sé que habrá gente que me regañará porque los-párrafos-no-pueden-ser-de-una-línea, pero mejor continuemos). Oficialmente, iban a tocar tres bandas: Bengala, Descartes a Kant (me encanta el nombre de esa banda. Es de puras chavas muy guapas, por cierto. Hubo gente que les gritó guarradas, pero mejor no digo quién) y Austin TV. Bengala canceló porque (misteriosamente) se enfermó el vocalista. En fin, yo fui por Austin TV.
Así que algunas bandas xalapeñas (ya descubrieron mi secreto. En efecto, no vivo en el Poblado de Malbork) empezaron a tocar, entre ellas la banda de Toño, como ya dije. Por favor, no me pregunten el nombre de las bandas, soy pésima con los nombres. De hecho, de todas las personas que me presentaron ayer sólo recuerdo el nombre de una.
Las chavas de Descartes a Kant prendieron chidísimo a la gente, incluso más que Austin TV, diría yo. Entraron al escenario bailando El Cascanueces vestidas de bailarinas y toda la cosa, pero empezaron a tocar durísimo, con súper gritos de colegiala. Lo que me gustó fue eso: el contraste entre la música clásica y su música (que llamaré "música rock", aunque no estoy segura de que lo sea). Además, le aventaron globos y espuma al público. Como me dijo Juan: "El contraste entre lo que me enseñan -estudia música- y lo que me gusta". Y yo no podría expresarlo mejor.
Después, salió Austin TV. La verdad, no soy fan from hell de ellos, pero he escuchado algunas canciones y me gustan. Sobre todo "Hombre pánico", aunque creo que no la tocaron. ¡Ah! Se me estaba olvidando decir que la edición especial de su disco tiene figuras pop-up (ya saben, de ésas que se levantan) muy padres. ¿Qué banda mexicana hace eso?
En fin, el puuuuunto es que a mí me encanta ver y convivir con gente que disfruta su trabajo, como los chavos de Austin, que además se ve que son buena onda. A medio concierto se descompuso el amplificador (sí, creo que fue eso; no confíen tanto en mí), pidieron disculpas y mientras se arreglaba hicieron una "sesión de prensa". Pero prendieron muchísimo y hacían bailar a la gente y ya saben.
Al final de todo estuvieron muy accesibles. Para muestra, he aquí mi foto con Chío San (traten de ignorar cómo salgo):
Y un sticker de Descartes a Kant en mi súper libretita:

Y mi autógrafo en mi súper libretita:

Ahora, un pequeño comercial: El mundo de Katy ya tiene página en Facebook. ¿Qué esperas para darle like? ¡Es muy fácil, amiguito! Sólo tienes que dar clic donde dice "página en facebook". De esta forma, serás conducido a la página en facebook de este blog y lo único que te queda por hacer es dar clic en "me gusta". ¡Y listo! Además, con tu like participa para ganarte un auto último modelo.
El mundo de Katy, derechos reservados. Come frutas y verduras. Permiso SEGOB: 9076-5430.
UPDATE: Miento. Sí tocaron "Hombre pánico" :D
miércoles, 22 de febrero de 2012
Hoy lloro así
¿Se han puesto a pensar que la muerte es extraña?
De repente, alguien está aquí, en este planeta, en este continente, en este país, en este estado, en este municipio, en esta casa y luego sale a la calle y ya no está. A causa de un automóvil, de unas escaleras, de un cuchillo, de una bala perdida... desaparece. Así, sin más.
¿Qué pasa al momento de morir? ¿Duele? ¿Qué siente o qué piensa, en sus últimos segundos, la persona que muere? ¿Es cierto que uno ve su vida en imágenes rápidas, como si se tratara de una sucesión de fotos o una película?
Pero, sobre todo, ¿por qué tenemos que morir? He pensado (y muchos lo dicen, también) que así es como funciona el universo, que no habría vida sin muerte y viceversa. Eso tiene su lógica, por supuesto, pero, ¿no podría ser de otra forma? Menos dolorosa, quiero decir.
A muchas personas (a la mayoría de la gente, diría yo) le da miedo morir. Yo creo que eso se debe a que la muerte es algo desconocido; no sabemos qué hay al otro lado (¿es cierto que hay otra vida? Y si no, ¿qué hay entonces?). Sin embargo, a mí me da más miedo pensar en todo lo que dejaré atrás cuando muera.
"Pronto llegará el verano. Son las siete. Repican las campanas en la iglesia del pueblo. Vuelvo a ver a mi padre con la espalda inclinada, concentrado en el esfuerzo, removiendo la tierra de junio. El sol declina. Mi padre se incorpora, se enjuga la frente con la manga y emprende el regreso al hogar.
Fin de la jornada."
-Muriel Barbery, La elegancia del erizo.
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