miércoles, 8 de septiembre de 2010

Historias de amor, de locura y de muerte contadas por viejas chismosas a bordo de un flamante taxi naranja del añoooo

Esto iba a ponerlo en el post de abajo pero pues ya se me hizo mucho, jejeje.

Pues hooooy regresé a mi casita en taxi :D. El taxista llevaba dos señoras que se veían de esas que son chismosas, hipócritas y chocantes. Creo que venían hablando de... pues... chismes, como de que "ay, ya le están poniendo barda a la prepa" (mi prepa)o de que "ay, ya está funcionando el hospital nuevo". (Bueno, en realidad esos no son chismes, pero igual y parecían chismosas).

Después de ir hable y hable y hable, pasamos por donde está una quinta, y ahí una de las señoras le empezó a contar algo a la otra señora (plática que es la que merece el post). Llamémos a una de las señoras... emmm... Eulalia, y a la otra... digamos... Dorismar.

Eulalia: Ay, aquí en esta quinta vivía un maestro. Ya estaba viejito y vivía solo; ya tenía tiempo que su esposa había muerto de cáncer y una vez me llegó a hablar.

Dorismar: ¿Y qué le dijo?

Eulalia: Pues me dijo: "Señora, vengo directamente a pedirle su mano, porque ya ve usted que estoy viejo, pero tengo mucho dinero. Y a las mujeres de hoy les interesa mucho el dinero".

Dorismar: O.O ¿y usted qué le dijo?

Eulalia: Yo le dije: no le permito que me falte así al respeto. Yo no soy de esas mujeres interesadas, tal vez usted haya conocido mujeres así, pero yo no soy de ésas.

Dorismar: ¿y luego?

Eulalia: Y luego él me dijo: "Mire señora, cuando yo me muera, le voy a dejar mi quinta, y si quiere le pongo carro y chofer para que la lleve a donde usted quiera. Lo único que quiero es que usted me cierre los ojos como mi esposa, aunque no me quiera".

Dorismar: :O :O ¡ay ya!

Eulalia: Por Dios. Entonces yo le dije: "No, muchas gracias señor. Mis padres me enseñaron valores, y uno de ellos es el respeto. Le agradezco muchísimo todo lo que viene a regalarme pero yo no me puedo aprovechar del dinero de alguien más".

Dorismar: ¿Y qué le dijo él?

Eulalia: Pues me dijo: "¿qué más puede pedir una mujer?" Y yo le iba a decir "que estuviera usted más joven".

Jajajajaja. En esa parte creo que no pude evitar una sonrisa y casi-casi me cago de risa ¿no que muchos valores y principios y la mamada? Noooo... es que cuando hay juventud y dinero pues los principios salen sobrando!

Ches viejas chismosas. Y luego, cuando llegamos al pueblo, "Dorismar" le dijo al taxista: "¿No me quiere usted ir a dejar a mi negocio?" Y yo: puta madre. Como me caga que la gente quiera que la vayan a dejar a la puerta de su casa (cuando van en taxi con más pasajeros, claro) ¿qué no pueden caminar dos pinches cuadras? Porque eso era lo que iba a caminar la pinche vieja huevona.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Datos personales

Mi foto
No hace falta que te diga que tan sólo cuentos son